Dios exige honestidad

Nunca tomes lo que pertenece a Dios; más bien, hónralo siendo generoso.

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Texto base: Malaquías 3:6–12
Frase clave: Nunca tomes lo que pertenece a Dios; más bien, hónralo siendo generoso.


I. Introducción

  • El pasaje trata sobre el pecado del pueblo al retener lo que era de Dios: los diezmos y las ofrendas.
  • Aunque todo pertenece a Dios, Él ha establecido una porción específica que su pueblo debe apartar para su obra.
  • El pueblo muestra su ruina espiritual no solo en la infidelidad y la adoración descuidada, sino ahora también en su avaricia.

II. Primer punto: Robar a Dios en el contexto de Malaquías

(vv. 6–9)

A. La razón por la que no han sido consumidos: Dios no cambia

  • La fidelidad de Dios es la única razón por la cual el pueblo sigue existiendo a pesar de su rebeldía.
  • Desde sus padres han desobedecido sus leyes y se han apartado de Él.

B. Llamado al arrepentimiento: “Volveos a mí”

  • El pueblo responde cínicamente: “¿En qué hemos de volvernos?”
  • Dios les muestra su pecado: le han robado.

C. ¿Cómo? Reteniendo los diezmos y ofrendas

  • En la teocracia israelita, los diezmos eran el sustento del templo, los levitas y los necesitados.
  • En total, el pueblo daba aproximadamente 23% de sus ingresos en distintas ofrendas.
  • Retener esto era equivalente a robar a Dios.

D. Consecuencia del robo: Maldición

  • Por no dar, estaban bajo maldición (v. 9).
  • Dios exige justicia incluso en el área económica.

III. Segundo punto: Dar a Dios en el Nuevo Testamento

(aplicación cristocéntrica del principio de generosidad)

A. El principio permanece, la forma cambia

  • 2 Corintios 9:7: “Cada uno dé como propuso en su corazón… Dios ama al dador alegre”.
  • En el Nuevo Pacto, no se trata de un impuesto legal, sino de un acto de adoración voluntario.

B. ¿Debemos diezmar hoy?

  • No como en el Antiguo Testamento, no es un mandato legal.
  • Pero el principio de apartar proporcionalmente sigue vigente (1 Cor. 16:2).
  • La generosidad cristiana se basa en gratitud, fe y amor por Cristo, no en coerción o temor.

C. Motivación incorrecta vs. motivación bíblica

  • No damos para ser enriquecidos.
  • No damos por temor a una maldición.
  • Damos por gratitud a Dios y por amor a su iglesia.
  • Dar con gozo es una evidencia de un corazón transformado.

IV. Recompensas de la generosidad en el Nuevo Pacto

2 Corintios 9:6–11

  1. Satisfacción espiritual: ser usado por Dios para bendecir a otros.
  2. Fruto eterno: otros alaban a Dios como resultado de nuestra generosidad.
  3. Provisión continua: Dios provee al generoso para que siga dando.

V. Aplicaciones finales

  1. Revísate: ¿Qué te motiva a dar o no dar? ¿Temor, obligación, orgullo, avaricia… o gratitud a Cristo?
  2. Dios no maldice al creyente, pero sí lo disciplina. Si somos tacaños o negligentes en ofrendar, debemos arrepentirnos.
  3. La generosidad es fruto del evangelio: solo un corazón transformado por Cristo puede dar libre, sacrificial y alegremente.
  4. No manipulación, sino adoración: Nuestras ofrendas no son simples actos financieros, son actos espirituales.

❖ Frase para recordar:

Nunca tomes lo que pertenece a Dios; más bien, hónralo siendo generoso.